LA GESTIÓN DE LA
INVESTIGACIÓN UNIVERSITARIA
La
investigación nació casi con la universidad, es una de las funciones que tiene
que cumplir una institución para ser llamada universidad, sin embargo el
proceso de gestionar la investigación es relativamente nuevo, apareció en la
década de los 90 y el término “gestionar” fue aplicado ya no solo a las
empresas que producían bienes y servicios, sino también a las instituciones
educativas, en este caso aplicado a la universidad.
Gestionar
la investigación es un proceso mediante el cual la investigación es dirigida en
forma adecuada, haciendo un uso racional de los recursos disponibles para
alcanzar un objetivo.
Hasta
antes de la década de los noventa, el término de gestión estaba ligado a las
empresas que producían bienes y servicios; sin embargo es a partir de ésta
década que el término “gestión” es aplicado a otro tipo de instituciones, en
particular en las universidades.
Es
a partir de la década de los 90 hasta la actualidad que se habla de implementar
un plan estratégico en las universidades, donde se describa la razón de ser de
una universidad y a lo que aspira llegar a ser, haciendo un análisis interno y
externo de su situación y proponiendo objetivos a lograr en el mediano y largo
plazo.
Este
proceso de gestionar la universidad y en particular gestionar la investigación,
ha ido evolucionando y expandiéndose por todo el mundo, hasta llegar a
Latinoamérica y en particular en nuestro país, donde encontró mucho eco el
hecho de implementar un plan estratégico en la universidad. En la actualidad,
las Universidades de todo el mundo han creado estructuras dedicadas a la
gestión de la investigación, con distintas funciones y con distintas
dependencias orgánicas y funcionales.
Esta
situación inicial, de existencia de múltiples modelos de gestión de la
investigación, continúa en la actualidad.
Siendo la
investigación una de las funciones esenciales de la Universidad y que es
considerada un derecho y un deber del profesorado, es que se hace necesario
tener una gestión adecuada para que dichas investigaciones logren resolver los
problemas que aquejan a la comunidad donde se desenvuelven.
La
investigación tiene una serie de características que condicionan la gestión de
la misma: son actividades no rutinarias, sujetas a incertidumbre en su
desarrollo, implican la existencia de un elemento de novedad y necesitan una
adecuación constante a resultados, por
tanto precisan flexibilidad en su ejecución.
Son los
servicios de gestión de Investigación los encargados de facilitar al
investigador el apoyo específico necesario, con rapidez y eficacia, para la
correcta ejecución de la investigación.
El modelo
de gestión de investigación que tenga una universidad debe ser aquel que permita al investigador
realizar su tarea investigadora (recordemos que es un deber y un derecho) con
mayor facilidad y dé respuesta rápida y segura a los problemas y dificultades
que se le plantean. El investigador no puede perderse en el entramado
burocrático ni en las complejidades administrativas; su misión es obtener los
mejores resultados en la investigación.
En las
universidades españolas, la investigación depende directamente del
vicerrectorado de investigación, organismo que da los mecanismos y pautas necesarias para la
gestión de la investigación.
En el caso
de nuestro país, según la Asamblea Nacional
de Rectores (ANR) existen 133 universidades, de las cuales 50 son públicas, 1
es municipal y 82 son privadas[1], a
pesar de la existencia de varias universidades en nuestro país, la
investigación no alcanza el nivel que podría esperarse de un país con tanta
historia y tradiciones como el Perú.
La ley
universitaria, los estatutos y los planes estratégicos de la mayoría de
universidades peruanas señalan a la investigación como una de sus misiones fundamentales,
pero la realidad muestra que, en los hechos, ninguna de ellas puede ser
considerada como una universidad de investigación y la labor principal que
realizan es la formación de profesionales[2].
En la
mayoría de universidades peruanas el porcentaje de profesores universitarios
con designaciones a tiempo completo es relativamente alto, pero su dedicación a
tareas de investigación es baja. El número de profesores universitarios que se
dedican activamente a la investigación es una fracción minoritaria del
conjunto.
En
las universidades peruanas (salvo algunas que cuentan con vicerrectorado de
investigación), la investigación depende del vicerrectorado académico a través
de las oficinas centrales de investigación, las cuales dan los lineamientos y normas
para la investigación tanto de docentes como de estudiantes, las cuales muchas
veces ponen trabas en las investigaciones de los docentes (debido a trámites
burocráticos), los mismos que se estarían resignando a la repetición de los
hallazgos de otras investigaciones, no ajustadas a la realidad donde
desarrollan su labor académica.
La
mayoría de universidades peruanas tienen funcionarios responsables de la
gestión de las actividades de investigación, con designaciones tales como
Director de Investigación o, en algún caso, como Vicerrector de
Investigaciones, pero a pesar de la existencia de estructuras especializadas
para administrar la investigación, en muchas universidades peruanas la
capacidad de gestión es aún débil, la que se manifiesta por diferentes
indicadores como: el escaso éxito en la generación de recursos externos, la
dificultad de administrar estadísticas precisas sobre el total de los recursos
financieros que se invierten en la investigación, la falta de información
detallada sobre los proyectos de investigación que se ejecutan en la
universidad, etc.
En
ese sentido se necesita que las universidades peruanas desarrollen un plan
estratégico de manera que la investigación en las universidades peruanas se pueda
gestionar de una manera óptima para el progreso, desarrollo y bienestar de
nuestro país.
Lic. Mat. Juan Arturo Vásquez Velásquez